Libro
CRIADAS Y SEÑORAS
Kathryn
Stockett (Océano - Maeva, 2012)
Había
acudido a la blogosfera en busca de un título que pudiera agradar a mi anciana
madre y así concluir con la consabida cantilena del escaso interés que yo ponía
en hallarle algo. Se le olvidó recordar, claro, que los últimos que le acerqué
solo habían sido catalogados como ‘una porquería’, sin más. Al dar con el de
marras, lo apunté. Y por única vez en el año que pasó me lo agradeció.
La novela, ambientada en Jackson,
Mississippi, comienza en agosto de 1962. Allí, un grupo de amigas, otrora
compañeras en la escuela preparatoria, se reúnen a jugar bridge una vez a la
semana. Quien comanda las acciones es Miss Hilly, la presidenta de la Liga de
Damas local, quien no sólo indica qué hacer sino que está al tanto de todo lo
que acontece en el pueblo y quien, mediante vínculos familiares y contactos
puede expulsar socialmente a todo aquel que no se avenga a sus designios.
Además, es la abanderada del racismo en su tierra.
Entre las protagonistas se encuentra
Miss Skeeter, una joven de veintitrés años que regresa a Jackson tras acabar
sus estudios universitarios; es la única amiga de Hilly que no ha formado
pareja y sobre la que todo el mundo –blanco- presiona para que lo haga. Las
otras dos son criadas –negras- de estas señoras. Aibeleen ya ha trabajado en
varias casas durante cuarenta años y criado a diecisiete niños cuando pierde a
su propio hijo, Treelore. Minny, su mejor amiga, también está al servicio –nada
menos que de Miss Hilly-, pero su carácter intolerante y sus comentarios
mordaces e irónicos logran que dure poco en cada casa; y tiene cinco hijos que alimentar.
Las tres advierten la desigualdad e injusticia entre ambas razas y, mediante un
proyecto clandestino se proponen lograr una vida más digna y equitativa para
todos.
El libro narra entonces las
peripecias de estas mujeres que han decidido volcar sus propias experiencias en
el trabajo de servidumbre, mediante entrevistas personales que Miss Skeeter
realiza con ellas y un buen número de compañeras, con el fin de reunir en un
único volumen los testimonios de lo que ocurre realmente dentro de cada casa.
El problema se resume en mantener en secreto estas actividades sin levantar
sospechas, sobre todo de la avispada Miss Hilly, para no tener problemas de
empleo, al menos hasta que se publique el trabajo final.
Escrito en estilo coloquial, con
diálogos jugosos y respetando los modismos propios del acento sureño, Stockett
construye una ficción donde abundan el sarcasmo, la ironía y una gran dosis de
humor, sin dejar por ello de reflejar una época y una realidad social. El
racismo en sus formas más sutiles, así como la violencia de género y el
desapego y fastidio de las mujeres blancas por sus hijos se entremezclan con el
acontecer político de Martin Luther King y los asesinatos de gente de color que
lucha por sus derechos.
Divertido y llevadero, el texto se
lee con fluidez y entre sonrisas. Recomendable para acompañar las
vacaciones o cualquier viaje de placer.
Film
HISTORIAS CRUZADAS
Tate Taylor (DreamWorks Pictures, 2011)
Vi el tráiler en el cine, antes de la
película elegida y parecía interesante. Cuando la pusieron en cartel, me olvidé
de ella. Se me ocurrió que podía ser parte de esta sección y obtuve una copia.
El film de Taylor combina escenas
magníficas, congojas, risas y un humor delicado, mucho más auspicioso
tratándose de una relación entre señoras blancas y criadas negras a principios
de los años ’60.
El guión responde bastante bien a la
novela de Stockett, con algunas adaptaciones libres que no modifican el curso
de la historia principal y mantienen el interés del espectador. Un espectador
que, por otra parte, empatiza de manera inmediata con alguno de sus personajes.
Las actuaciones de sus protagonistas
principales cumplen con creces su rol, con una Emma Stone (Miss Skeeter)
apropiada –a quien le sobra paño-, una Bryce Dallas Howard (Miss Hilly)
fantástica –encarna a la malvada del grupo- y un punto superlativo para Octavia
Spencer (Minny) que se gana todos los aplausos con sus comentarios y despliegue
–no por nada se llevó el Oscar a la Mejor actriz de reparto-. Solo le faltó a
Viola Davis (Aibeleen) un poco más de chispa en ciertos cuadros. Pero el
conjunto supera la crítica.
Finalmente, no dista mucho del
libro y, con matices, puede disfrutarse tanto una como otro. Con buena
fotografía y música de Thomas Newman, que se integra apropiadamente al entorno narrativo, el
film resulta entretenido y a la vez conmovedor. Buena opción para verla en familia.
Testimonio del segundo Pelibro