Anagrama, 2014
‘Vos, que hacés reseñas de libros, deberías
leerlo’. Frase proferida en el interior
de mi hogar por quien lo leyera el pasado marzo. Abúlico, con esa mirada
descreída y socarrona que otorga la certeza de saber que el mismo fue comprado
con la única intención de hacer frente a la amansadora
que supone esperar ser atendida por un estilista del cabello una mañana de
sábado, solo atisbé a un monosílabo, poco convencido. Lo que disparó su lectura
fue el comentario en la blogosfera de otra obra del autor. Como éste estaba al
alcance de mi mano, pues…
Nicolas cuenta con ocho años y
asiste a una suerte de receso escolar de una semana de duración, que ha
propuesto su escuela para llevar a la nieve a la totalidad de su curso. Digamos
que esta recreación tiene como objetivo no solo el hecho de hacer las primeras
armas en la disciplina del esquí sino de socializar a los niños participantes
entre sí. Apocado e introvertido, Nicolas tendrá que hacer frente a una nueva
circunstancia: desenvolverse en medio de otros niños, sin el amparo que brinda el núcleo familiar.
Ya desde el inicio las cosas se
complican. Su padre, viajante de una ortopedia, quien lo transporta
personalmente hasta el centro de esquí, se ha retirado raudamente a hacer sus
entregas tras depositarlo en su destino, dejando el bolso con la ropa de
Nicolas dentro de la cajuela de su auto. Por otra parte, Nicolas ha de vérselas
con un instructor y una responsable escolar, y también… con Hodkann, el
compañero más bravo. A los miedos propios de la circunstancia, se agregará la
noticia del asesinato de un niño en un pueblo cercano y la imposibilidad de dar
con el paradero de su padre.
En estilo directo, parco y casi
minimalista, Carrère construye una novela breve que combina contratiempos,
angustias y desafíos para el niño, junto a un thriller cuyo desenlace se
avizora, aunque su final se deja abierto. Destaco la atmósfera de inquietud,
desasosiego en que transcurre toda la trama, donde muchos hechos son sugeridos
al lector, mas no concretados; y que la narración siempre respeta las
observaciones formuladas desde el punto de vista de un párvulo y no de un
adulto, volviendo sólido y creíble el relato.
Ambientado en Francia, con geografía
invernal, el libro se lee rápida y fluidamente. Una prosa contundente a pesar
de la brevedad de sus líneas. Para tomar en cuenta.