Plaza & Janés, 1960
Esta
tercera y última parte abre con un resumen de la historia narrada en los dos
volúmenes anteriores, de manera que el lector pueda encarar la presente como
lectura independiente, sin tener que acudir a ellos.
El libro se compone de tres partes
que llevan el nombre de cada protagonista, subdividido en dieciocho capítulos.
La primera, Mink, alude al primo de
Flem Snopes, quien al emboscar y asesinar a Jack Houston, su vecino, a raíz de
una disputa respecto del pastoreo de una vaca de aquél en el terreno de éste, debe
cumplir una condena de veinte años en la cárcel de Parchman. En este volumen,
Faulkner despliega la totalidad de esta historia que fuera delineada en el
primero de la serie. El abuso que impone Houston a su vecino por el pago de la
alimentación del bovino desencadenará la tragedia, que se extenderá al
celebrarse el juicio, puesto que la única esperanza que alberga Mink para ser
excarcelado radica en la influencia que podría ejercer su primo Flem a la hora
del dictamen, y éste decide ausentarse. Con ello, la amenaza de muerte
proferida por Mink arrastrará al núcleo narrativo hasta su desenlace.
En la segunda parte, Linda, Faulkner retoma la relación
entre ésta, hija bastarda de Flem, y el abogado sesentón Gavin Stevens, quien
acude a recibirla al aeropuerto luego de diez años de ausencia debido a su
participación para la causa republicana en la Guerra Civil española. Con su
marido abatido en combate y completamente sorda por la detonación de un
explosivo en su cercanía, Linda regresa al hogar familiar, que comparte con su
padre legal. Encuentros y desencuentros de un amor frustrado entre ella y
Stevens, son parte del derrotero de una historia de amor que no fue.
Nuevamente, el autor utiliza los tres narradores –Stevens, Ratliff y Mallison-
del libro anterior.
En el final, Flem, se narran las peripecias de Mink Snopes para cumplir su
amenaza proferida a su primo treinta y ocho años atrás. A los veinte años de
condena iniciales, se le han sumado otros tantos debido a un ardid que un
pariente de Flem, también en chirona, le ha propinado a Mink por obra de aquél:
un intento fallido de fuga. Con sesenta y tres años y un puñado de dólares en
su bolsillo, Mink decide ir en busca de su primo para efectuar la venganza.
Este libro resume la maestría de
Faulkner. Tanto es así, que el lector queda maravillado de cómo teje y
entreteje las tramas, delinea a sus personajes y sus circunstancias y exhibe en
ellos una fiereza casi salvaje junto a una bondad y una compasión que conmueve;
sin hacer juicio de valor, sólo narrando y describiendo los detalles. A los
argumentos principales de cada parte los adereza con historias secundarias de
otros Snopes, que aparecen, cumplen su función para elevar la tensión y
reflejar el carácter vil de los miembros de esta familia y se diluyen una vez
logrado el objetivo.
Por sus páginas desfilan casi
cincuenta años de historia norteamericana, y ese paisaje sureño de la
proximidad del Mississippi da cuenta de los cambios que se han suscitado en la
geografía y en sus gentes. Las nuevas carreteras, los primeros automóviles, las
mansiones de dos plantas y la pujanza industrial acompañan a sus protagonistas
en la evolución de sus hechos. Así, Faulkner demuestra no sólo un gran
conocimiento de la naturaleza humana sino también un poder de observación sin
par de la sociedad de su tiempo.
Una lectura que empezó con un ritmo
cansino en ‘El villorrio’, cobró celeridad a través de ‘En la ciudad’ y termina
con cierto vértigo en ‘La mansión’. Los libros pueden leerse por separado, pero
sugiero la experiencia de hacerlo en conjunto, para mantener la continuidad y
no perder una sola página de esta colosal obra literaria. ¡Chapeau, Maestro!