sábado, 27 de mayo de 2017

Pintura y religión. El Turquetto, Metin Arditi


Navona, 2015

¿Qué dispara una lectura? (Anécdota)

            Me disponía a echar un vistazo al correo en mi PC cuando mi pareja se sentó en el sillón vecino, encendió la TV y sintonizó un culebrón de origen turco. Mi regaño por tamaña falta de delicadeza quedó a medio concluir al fijar mi mirada en los turbantes que entregaba la pantalla. Recordé la portada de este libro, apuntado hacía tiempo, y fui a husmear en la Red por si había llegado a estas costas. Al día siguiente lo tenía en mis manos y, dada su exquisita encuadernación, el tamaño de la fuente impresa y la trama del contenido, decidí que sería el próximo en ser leído.

¿Qué dispara una novela? (El elemento iniciador)

            Arditi construye una fábula memorable alrededor de un detalle acaso minúsculo: la inicial que lleva su nombre en la famosa pintura El hombre del guante, atribuida a Tiziano Vecellio, hoy en el Museo del Louvre, no se corresponde con el resto de la firma. Se sospecha que uno de sus discípulos podría ser el verdadero autor. El Turquetto sería ese discípulo.

Historia

            Con un inicio original –el informe de un estudio de espectrometría de fluorescencia de rayos X del cuadro, que data de 2009-, Arditi teje una historia colosal alrededor de Elías Soriano, un niño judío huérfano que aprovecha una ocasión para abandonar Constantinopla debido a su pasión por el retrato, pues la Ley judía impide la creación de imágenes, so pena de expulsión. Ambientada en el Renacimiento del siglo XVI, migrará hacia Venecia bajo falsa identidad, donde aprenderá el arte de la pintura de la mano del Maestro, se independizará y formará familia con una veneciana, tendrá una amante judía y en pleno gozo de renombre y trabajo, las rencillas entre las Escuelas Religiosas lo harán víctima de la Inquisición, para que después de una confesión plena sea condenado a muerte en la horca. ¿Podrá sortear ese destino?

Elementos metaliterarios

            Bajo el argumento principal, Arditi expone el clima de intolerancia religiosa que desató la Reforma entre los cristianos católicos; la vida en el ghetto y el apego a las tradiciones; las envidias y disputas generadas por la figuración y la opulencia en la corte veneciana, de vida hedónica y disipada. A ello, contrapone la figura de su protagonista: un hombre simple, sin recursos, pero con un talento natural prodigioso, a quien no marea ni el poder ni el dinero, salvo su pasión por la pintura.

Apreciaciones personales

         Escrita en estilo ameno y coloquial, esta novela histórica, con mucho de aventura e intriga palaciega que mantiene la tensión hasta el desenlace, fluye rápidamente hacia un final emotivo. Un grato descubrimiento de obra y autor.

6 comentarios:

  1. Pues no sé de dónde había sacado yo o qué alma bienintencionada me avisó de que en esta novela se relataban cosas con detalle que no me iban a gustar. No niego que la historia que cuenta me gusta y estando relacionada con el arte todavía más. Pero por si acaso, me reservo y no apuntó.
    Besos precavidos

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    1. No se bien qué podría no ser de tu agrado, Norah. A mi me ha gustado, porque no responde a clichés ni al remanido 'yo me afirmo en mi religión', tan de moda.
      Y puedo asegurarte que la trama está bien tejida.
      No es una novela memorable -el libro de Coetzee de este año es superlativo respecto de éste-, pero entretiene y tiene buena estructura.
      Fíjate si está en tu biblioteca cercana, y pégale una hojeada. Quién te dice...
      Besos confiados.

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  2. TIene buena pinta, tine algo de "me llamo Rojo" y algo de"el viaje de Baldassare" no es que parezca que se parezca... solo es que me ha venido a la mente ambas novelas, probablemente por mi poca eficacia comparativa, pero me ha venido. De todas formas creo firmemente, y contigo tengo la tranquilidad del filtro ya hecho, de que hay que pasar por un cedazo muy muy estrecho la novela histórica actual, de la que sobreabundan ejemplares hasta asustar.
    un abrazo Marcelo
    cuídate

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    1. Hola, Poeta
      No he leído el libro de Pamuk, pero confiando en tu buen saber y percibir acabo de bajar el libro de Maalouf.
      Coincido nuevamente contigo; la novela histórica actual requiere de un avezado filtro para poder separar lo valioso de aquello que no lo es -pero abunda-.
      Éste es un libro bien narrado y honesto -lo que, para los tiempos que corren, no resulta despreciable-. Parece ser que el tema religioso no se acaba nunca...
      Un abrazo para ti, Wine.

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  3. Hola Marcelo. Combinar elementos tan jugosos como la pintura, la religión, la aventura, o la intriga en un estilo narrativo atractivo y con la tensión bien dosificada... no se puede ignorar un libro así. Arte y literatura hacen una unión poderosa.
    Un abrazo!!

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    1. Hola, Paco!
      Antes que nada, felicitaciones, Merengue!
      Sí, es de esos libros que suelen gustarnos a Wine, a ti, a Laura y a mi. Combinan algo de novela histórica con las artes en general. Y los aspectos metaliterarios aportan lo suyo.
      Sin duda, un buen libro.
      Otro abrazo, pibe!

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